Con el avance de las técnicas ecográficas existe la posibilidad de realizar desde el interior del cuerpo ecografías más precisas de órganos internos. Es el caso de las ecografías de la próstata, para las que se utiliza una pequeña sonda que se introduce por el recto. Esta sonda emite ultrasonidos que se reflejan en los tejidos circundantes y cuyo eco capta de nuevo para generar una imagen del interior del cuerpo. Permite visualizar el tamaño y límites de la próstata, diferenciar la zona periférica de la transicional y detectar nódulos o calcificaciones. Dado que los ultrasonidos se reflejan de distinta manera en tejido sano y en tumores, es una buena guía para la realización de biopsias, y también es un método adecuado para el estadiaje del cáncer colorrectal.
Al ser una exploración cuya imagen se obtiene en tiempo real, permite percibir los movimientos así como la circulación sanguínea de la zona observada.
Cómo se realiza una ecografía transrectal
Como es lógico, para poder realizar la ecografía transrectal es necesaria la administración previa de enemas de limpieza para que el recto esté libre de heces que puedan obstaculizar la adecuada emisión y recepción de las ondas. Además, si se va a realizar una biopsia se administrarán antibióticos para evitar infecciones. En este caso debe evitarse el uso de fármacos anticoagulantes o antiagregantes con anterioridad a la punción.
La realización de la ecografía transrectal no es dolorosa aunque sí puede ser molesta, especialmente si hay hemorroides. No debe realizarse en caso de existencias de fisuras anales.