Las ecografías 3D y las ecografías 4D guardan similitudes puesto que lo que ambas ofrecen son imágenes en 3D del feto. La diferencia principal es que en el caso de la ecografía 4D, la imagen ofrecida se renueva de forma continua por lo que el efecto es el de un vídeo o película en el que se observan, además del aspecto del feto, los movimientos que este realiza. De ahí sus nombres: 3D por las tres dimensiones espaciales, y 4D por la suma de la dimensión temporal a las tres anteriores.
Tanto las ecografías 3D como las ecografías 4D facilitan la detección de deformaciones musculoesqueléticas como anomalías vertebrales, fracturas de huesos largos, o malformaciones en manos y pies, así como la evaluación del dimorfismo facial y otras deformaciones craneales.
Siempre es recomendable utilizarlas en combinación con las ecografías en 2D. Y no debemos olvidar que se trata de técnicas diagnósticas, no son meramente una sesión de fotos prenatales. Por ello siempre deben ser realizadas por especialistas experimentados, que saquen toda la información que las ecografías pueden ofrecer para la obtención de diagnósticos y biometrías.
Con los avances tecnológicos, se están conseguiendo ir un paso más allá para conseguir las imágenes más níticas de tu bebé y por ello se están desarrollando las ecografías en 5D.
Vídeo en el que se ve la diferencia entre una eco en 3D y 4D
Para que quede más clara la diferencia entre una ecografía en 3D y una en 4D, te compartimos este completo vídeo en el que se pueden apreciar imágenes entre ambos tipos de ecografías.